Madrid, 27 de abril de 2002, estadio Vicente Calderón, segundo anfiteatro del fondo norte, primera fila del sector 410, Atlético de Madrid – Gimnástic de Tarragona. Aquí, empezó todo.
Con 12 años fui por primera vez a ver a mi Atleti, sí, y miradme, ahora tengo 22 y aquí estoy 10 años después escribiéndolo y recordándolo como si fuera la semana pasada. Nunca olvidaré ese día que mi padre me llamó y me dijo: “Baja, corre, ponte la camiseta del Atleti que nos vamos al Calderón” y yo cogí, me planté mi camiseta de Bandai (ojo al dato) e ilusionada y nerviosa como nunca había estado, empecé a sentir lo que es el Atlético de Madrid más de cerca.
Eramos líderes de Segunda División, faltaban ya pocas jornadas para que acabara la liga, yo miraba a mi padre y le decía: “Papá, vamos a volver a primera, ¿a que si? ” mi padre sólo me miraba y sonreía orgulloso. Aquel estadio era precioso, todo rojo y blanco, en el terreno de juego Fernando Torres con 17 añitos, el Mono Burgos, Aguilera...al frente del equipo, Don Luis Aragonés, el que junto con todo el equipo nos llevó del infierno, al cielo de primera división.
Pues aquí empezó todo, en un 3-3 contra el Nástic de Tarragona, y desde aquel día, el Atlético de Madrid es de las cosas más bonitas que hay en mi vida, lo llevo tatuado, pero sobre todo lo llevo en el corazón, esté donde esté, en primera, segunda o tercera regional, en Europa o en el infierno, allá donde vayas, te seguiré siempre...
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