Un día como hoy, hace un año, un tal Diego Pablo Simeone aparecía en el estadio Vicente Calderón para enfrentarse a su primer entrenamiento en el Atlético de Madrid, a puerta abierta, delante de 5.000 aficionados rojiblancos.
Ilusión en su cara y mucha felicidad, ganas de trabajar, y un proyecto en su cabeza. No todos confiaban en él, quizás por el temor a la decepción que sería que un jugador que se entregó al cien por cien vistiendo la rojiblanca, que es un ídolo y mueve masas entre la afición, pudiera fracasar sin necesidad de ello. Pero no olvidemos, el Cholo Simeone juega con el corazón, y como él dice, "cuando el corazón y la mente van unidos, todo es posible", y sí, posiblemente el ingrediente que nos faltaba sólo el lo conocía, y no estaba en las botas de nadie, si no en el corazón de todos.
Hacía falta que alguien creyera en nosotros, pero que fuera alguien que sintiera el escudo como un hincha más, que apostara un todo o nada por este equipo. Mientras a Diego le decían "Estás loco, mira como está el equipo, mira la directiva..." él contestaba, "Es un sueño", y ese sueño, del que habla Simeone, es el que estamos viviendo todos los atléticos, partido tras partido.
Había equipo, le faltaba unión, coraje y fuerza. Teníamos a Falcao, Arda Turan y Diego Ribas como estrellas, la cabeza de Gabi, a Mario Suárez y Koke como corazón del equipo, una defensa gobernada por Filipe Luís y Godín, y a una de las promesas del fútbol en la portería. Aparentemente teníamos todos los ingredientes, pero faltaba un poco de sangre y un poco de pegamento para unir al equipo y darles a los chicos la confianza digna de un equipo grande. Una de las primeras cosas que hizo, enseñarle a Reyes por donde estaba la salida. Las cosas empezaron a ir bien, el objetivo en liga era entrar en Champions, no pudo ser, tras luchar hasta la última jornada, pero otros objetivos no se dieron nada mal. Un año del Cholo en el Atleti, dos títulos europeos, una Uefa Europa League y la Supercopa de Europa ante el Chelsea. Qué de imágenes nos vienen a la cabeza al pensar en esos dos días, cuánto le debemos al Cholo por estos colores. Sin duda, es un entrenador para recordar, de esos que marcan dentro y fuera del campo, de esos que dices: "por gente como él me gusta el fútbol". Es un gusto ver el espectáculo que da celebrando los goles en la banda como uno más, o como agita el puño hacia el Frente cuando el estadio le corea "ole, ole, ole, Cholo Simeone". Un entrenador que entiende el fútbol como una pasión, como una manera de vivir, que deja frases para la posteridad de este deporte, "Hay que jugar la final con la ilusión de un juvenil y con la experiencia de un veterano" (08/05/2012) el día antes de ganar la Europa League. "El corazón iguala el presupuesto" (30/08/2012), "No entrenaría al Madrid. Estaré loco pero todavía me guío por el corazón, que es lo que siento por el fútbol"(08/10/2012), "Para cambiar la camiseta del Atlético conmigo tienes que darme dos, porque la mía vale más que la tuya"(20/11/2012), "Cuando el corazón y la mente van unidos, todo es posible"(20/11/2012).
En definitiva, gracias Diego Pablo Simeone por devolvernos a donde merecemos, por el respeto y amor que tienes a este club, por llevarnos a lo más alto. Me tengo que quedar con unas palabras tuyas, que me marcaron para siempre, y creo que tanto para los que estaban presentes aquel día de la celebración de la Supercopa de Europa en Neptuno, como los que no pudieron ir, las recordarán siempre.
"Escuchen bien. Quiero contarles por qué ganaron ayer estos chicos. Porque jugaron con el corazón de todos ustedes y en cada milímetro, centímetro y metro del campo, jugaron con el corazón del hincha del Atlético"
ETERNAMENTE AGRADECIDOS CHOLO
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